martes, 2 de noviembre de 2021

Asamblea en la carpinteria

 Asamblea en la carpintería 

Audiocuento 

«Hubo en la carpintería una extraña asamblea; las herramientas se reunieron para arreglar sus diferencias. El martillo fue el primero en ejercer la presidencia, pero la asamblea le notificó que debía renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado ruido y se
pasaba el tiempo golpeando. El martillo reconoció su culpa, pero pidió que fuera expulsado el tornillo: había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. El tornillo aceptó su retiro, pero a su vez pidió la expulsión de la lija: era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. La lija estuvo de acuerdo, con la condición de que fuera expulsado el metro, pues se la pasaba midiendo a los demás, como si él fuera perfecto. En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo, utilizando alternativamente el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Al final, el trozo de madera se había convertido en un lindo mueble.
Cuando la carpintería quedó sola otra vez, la asamblea reanudó la deliberación.
Dijo el serrucho: “Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestras flaquezas y concentrémonos en nuestras virtudes”.
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba solidez, la lija limaba asperezas y el metro era preciso y exacto. Se sintieron como un equipo capaz de producir hermosos muebles y sus diferencias pasaron a segundo plano».


 

 Propuesta de articulación 2021

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domingo, 1 de agosto de 2021

ELISA , la flor inesperada. Liliana Bodoc.


 Sobre la trata de Personas https://elviajedelilianabodoc.blogspot.com/2017/06/Trata.html

DESPUÉS DE LOS LOBOS - Liliana Bodoc


 
DESPUÉS DE LOS LOBOS  Un cuento de Liliana Bodoc narrado por Eva Espejo en el marco del PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN PERMANENTE https://youtu.be/vomz-qDroMk?t=34

Andan los lobos en manadas. Su ferocidad va delante de ellos, y detrás van
sus sombras, estiradas por el último sol del atardecer.
Primero la ferocidad, después los lobos, después las sombras; las manadas recorren
los caminos del bosque.
Los árboles, que los conocen bien, saben que se acerca una muerte. Porque
los lobos tienen hambre. Un hambre enorme y antigua, tal como si jamás hubiesen
comido; ni ellos, ni sus padres, ni sus abuelos. Con las orejas alertas, los hocicos
entreabiertos y los colmillos en su sitio. La manada va en busca de una presa.Para que no se
advierta su llegada, los lobos se mueven con precaución.
Tanta precaución que, más que decir que no hacen ruido, habría que decir que
hacen silencio.
El bosque sabe lo que va a suceder...tarde o temprano, los lobos hallarán
un animal indefenso, lo cercarán en una rueda de ojos amarillos, y luego se
abalanzarán sobre él. Un poco después, estarán aullándole a la luna para celebrar
la cacería.
Van a hacerlo porque son lobos, y no ardillas, tortugas o ciervos. Y todos los
lobos tienen un hambre armada de colmillos, caminan con sigilo y están
enamorados de la luna.
Pero... (si no hay PERO, no hay cuento) a veces las cosas cambian. Se
sacuden.
Hace tiempo y más tiempo, en la gran manada de los lobos del mundo comenzó
a suceder algo extraño.
Por aquí y por allá; en este bosque y en aquella pradera nacieron algunos
lobos que no quisieron, no supieron o no pudieron ser iguales a todos.
No quisieron, no pudieron, o no supieron...eso no es lo importante! Lo que
realmente importa es que aquellos lobos se aburrían de tener hambre. Solamente
tener hambre. Todo el día y la vida: cazar y seguir hambrientos.
Entonces, lentamente, comenzaron a cambiar sus costumbres. Y terminaron
haciendo cosas que a ningún lobo común y corriente se le hubiese ocurrido! Por
ejemplo, dejaron de mirar la luna, y empezaron a mirar con curiosidad las luces de
los fuegos que encendían los hombres.
Y bien, cuando sus compañeros notaron la diferencia, se inquietaron. Mejor dicho,
algunos se inquietaron: “Que sucedía con aquellos lobos... ¿Por qué se
comportaban de esa ridícula manera?”
Otros, en cambio, se burlaron: “Vean estos lobos inútiles y débiles que no
quieren tener hambre todo el dia”.
Algunos desconfiaron:
“¿sería conveniente que aquellos lobos permanecieran cerca...? ¿Y si sus rarezas y sus tonterías
eran contagiosas?”.
Finalmente, otros se enfurecieron: “¡No debemos aceptar esta insolencia!”. Y hasta
amenazaron: “Si no se comportan igual que nosotros, recibirán un castigo”.Con el tiempo, los
animales que no querían, no sabían o no podían ser iguales al resto de la manada se fueron
rezagando. La inquietud, las burlas y las rabias de sus compañeros crecían cada vez más.
Entonces, un buen día, aquí y allá, en esta pradera y en aquel bosque, ellos
tomaron un nuevo camino.
Los lobos en manada continúan andando por su propio sendero.

Hambrientos, orgullosos y colmilludos; caminando con sigilo para atrapar una presa, aullándose a la
luna llena.
Y quizá nunca sepan lo que nosotros sabemos...
Aquellos animales que se abrieron de tener hambre, siempre y solamente
hambre, no eran inútiles, débiles o insolentes. Tenían otros sueños; eso sí. Por eso, un
día cambiaron de sendero y de destino.
Ellos viven hoy más cerca de los hombres que de la luna. Y tienen los nombres
que les pone el amor.
-Muy bien. Ya terminé mi pequeño cuento. ¡Vamos Tobi, es hora de volver a
casa!

Letra de la canción ANA. MANÁ

 Letra de la canción ANA de MANÁ
https://www.youtube.com/watch?v=1XM4CogbzHA

Ana tiene quince
niña se le vino un problemón
algo está creciendo
en su vientre hay algo en expansión
el culpable ya huyó
pobre Ana sola se quedó
no le duele tanto eso
si no que lo niegue el maricón
Ana no lo cuenta
Ana llueve llanto en su colchón
y hay que ser discreta
ropa suelta esconde la ocasión
se siente morir pobre Ana no quiere vivir
si en casa la descubren
la azotan, la corren, la matan
Ana se irá algún día, se irá para siempre
Ana se irá de este mundo se irá al jamás
Ana se irá algún día, se irá para siempre
Ana se irá de este mundo se irá al jamás
Por cierto en casa de Ana
claro nunca hubo comprensión
lo que más lamenta Ana
es que nunca hubo educación
y en desesperación
la vida de Ana se esfumaba
y todo por que aquel día
el globito y la conciencia se quedaron en un cajón

Ana se irá algún día, se irá para siempre
Ana se irá de este mundo se irá al jamás
Ana se irá algún día, se irá para siempre
Ana se irá de este mundo se irá al jamás
se irá, se irá, se irá al jamás
se irá, se irá,

“EL LOBO Y EL PERRO” FÁBULA

SECUENCIA DIDÁCTICA “EL LOBO Y EL PERRO” 
 FÁBULA

 
 
TAREA 1: CONVERSACIÓN
El docente anticipa a los alumnos que van a leer una fábula. Se les pregunta si saben lo que significa la palabra Fabula. Quienes son sus personajes.

TAREA 2: LECTURA EN VOZ ALTA DE LA FÁBULA.
A partir del título “ el lobo y el perro” se interroga a los ESTUDIANTES sobre qué les parece que tratará este cuento.Luego de obtenida las diferentes respuesta se lee el texto.
El lobo y el perro
 El lobo se moría de hambre. No había caza en los bosques, y los perros cuidaban tanto a los rebaños, que era imposible acercarse a las ovejas. Un día en que paseaba por los campos se encontró con un hermoso perro, sin duda muy bien alimentado. El lobo pensó en comerlo, pero pronto comprendió que aquel perrazo lo vencería sin dificultad, y prefirió conversar con él, felicitándolo calurosamente por su buen aspecto.
- A ti también te sería fácil estar bien alimentado –contestó el perro-. Sólo tienes que vivir en casa del amo y ponerte a su servicio. Allí tendrás comida en abundancia y se te acabarán tus penas.
 El lobo estaba ya casi convencido y se decidió a acompañarlo. Pero en cuanto caminaron unos pasos, vio el cuello despellejado de su compañero y le preguntó a qué se debía.
- Es por la cuerda con que me atan- contestó el perro.
- ¿Te atan? ¿No puedes ir adonde te dé la gana? Pues entonces, a ese precio, guárdate tu comida- respondió el lobo huyendo hacia el bosque otra vez.
“No hay nada que valga tanto como la libertad.”

 Se entrega a los alumnos una copia del texto.
TAREA 3: EXPLORACIÓN DEL PARA TEXTO.
Se observa las partes que tiene; el autor; donde está escrito el nombre del autor; si tiene diálogo, etc

TAREA 4: COMPRENSIÓN LECTORA. PERSONAJES.CONFLICTO. RESOLUCIÓN
Como todos los cuentos,la fábula también tiene una situación inicial, luego se presenta un problema y un final.
·         ¿ QUÉ LE PASA AL LOBO AL PRINCIPIO Y QUÉ PROBLEMA SE LE PRESENTA?
·       ¿QUÉ ESTRATEGIA USA EL LOBO PARA HABLAR CON EL PERRO? ¿QUÉ EMOCIONES BUSCA GENERAR?
·        ¿POR QUÉ TENIA HAMBRE EL LOBO?  ¿ POR QUÉ CAMBIA EL LOBO Y QUIÉN LO HACE CAMBIAR?
·         ¿QUÉ Y CUAL TRABAJO HACÍAN LOS PERROS?
·         ¿ QUÉ LE RECOMIENDA EL PERRO AL LOBO?¿ QUÉ ELIGE EL LOBO A PESAR DE TENER HAMBRE?
    ¿QUÉ RELACIONES PODES HACER  DE LA VIDA COTIDIANA A PARTIR DE ESTA FÁBULA?  ¿QUÉ TEMAS VISTOS DE ESI PODEMOS RELACIONAR A PARTIR DE ESTA FÁBULA?

 

martes, 27 de julio de 2021

Ventajas de leer en voz alta


Cuenta cuentos
  • Leer en voz alta permite transmitir con la voz sensaciones y sentimientos.
  • Favorece la concentración y la percepción auditiva que tienes de tu propia voz.
  • Enriquece la capacidad de expresión verbal.
  • Educar la voz con la lectura en voz alta te servirá en tu día a día para hablar mejor.
  • Incrementas tu auto confianza en tu habilidad de lectura interpretativa

 

martes, 6 de octubre de 2020

La mariposa azul (un relato oriental)

    Había un señor viudo que vivía con sus dos hijas curiosas e inteligentes. Las niñas siempre le cuestionaban todo, hacían muchas preguntas a las que el padre a veces sabía responder, pero en ocasiones no se sentía con la sabiduría suficiente como para aclarar las dudas que ellas manifestaban. Como pretendía brindarles la mejor educación, mandó a las niñas de vacaciones con un sabio que vivía en lo alto de una colina.
    El sabio siempre respondía todas las preguntas sin siquiera dudar. Impacientes con el maestro, las jóvenes decidieron inventar una pregunta que él no pudiera responder correctamente.
    Entonces, una de ellas apareció con una hermosa mariposa azul que usaría para engañar al sabio.
-¿Qué vas a hacer? –preguntó la hermana. –Voy a esconder la mariposa en mis manos y le voy a preguntar si está viva o muerta. Si él dice que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la apretaré y la mataré.         Así, cualquiera que sea su respuesta, ésta será equivocada.
    Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio que estaba meditando.
-Tengo aquí una mariposa azul, dígame, sabio, ¿está viva o muerta?. Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió: -Depende de ti…ella está en tus manos…
    Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro. No debemos culpar a nadie cuando algo falla, somos responsables por lo que juzgamos bueno o malo. Nuestra vida está en nuestras manos, como la mariposa azul. Nos toca a nosotros escoger qué hacer con ella y hacernos cargo de las consecuencias.

 

FATIMA LA HILANDERA-CUENTO DE LA ANTIGUA CHINA

     En un lejano reino de Occidente, vivía una hermosa joven llamada
Fatima que crecía alegre y feliz en el seno de una familia de
hilanderos, una familia experta en el arte de fabricar cuerdas para los usos más variados que se pudiera imaginar. Fatima, conforme se iba haciendo mujer compartía los trabajos y aprendía a la perfección el manejo de sus manos, con lo que ya a edad temprana, había alcanzado una destreza digna de los mejores maestros.
    Un día de primavera, su padre, acercándose a ella, le dijo: "Querida hija, como ya eres una mujer, sería conveniente que vinieras conmigo en la próxima travesía por mar. Tengo transacciones que realizar en las Islas del Mar Mediterráneo y pienso que además de ayudarme en mis tareas y conocer mundo, tal vez encuentres un joven honrado y de buena posición con el que quieras formar una familia".
    Fatima aceptó encantada la propuesta de su padre y se puso de inmediato a preparar todo lo necesario. Llegado el momento de partir,emprendieron el camino y tras varias semanas de viaje llegaron a su primer destino. Una vez allí y, mientras el padre realizaba sus negocios y formalizaba pactos, Fatima soñaba con el esposo que, de un momento a otro, podría aparecer y, de inmediato, reconocería.
    Pero de pronto, cuando se encontraban en alta mar camino de Creta, se levantó una tormenta con un oleaje tan terrible que el barco terminó por naufragar.
Entre vientos y grandes olas, Fatima cayó al mar y, tras unas horas de angustia, fue llevada por la marea hasta una playa cercana. Su padre había muerto y ella se sentía totalmente hundida y desamparada.
    Pasadas algunas horas, y ya bajo el sol del mediodía, Fatima vagaba por la arena pensando en su suerte y en sus grandes sueños rotos... así pasaron varias horas, hasta que al fin, fue encontrada por una familia de tejedores que por aquellas cercanías vivía, los cuales a pesar de ser pobres, la acogieron en su casa como si de una hija más se tratase, con la intención de compartir su comida y su oficio.
    Fatima se entregó a los trabajos de aquella familia y, poco a poco, fue haciéndose una experta en la confección de las telas. Pasado un tiempo, Fatima ya conocía los secretos de los más extraños tejidos. De esta manera, la joven iniciaba una segunda vida, en la que llegó a ser plenamente feliz, reconciliada con su suerte y su destino.
    Pero llegó un día, en el que hallándose sentada en la playa sonriendo al horizonte, desembarcó una banda de mercaderes de esclavos que, sorprendiéndola de súbito, se la llevaron presa junto con otro grupo de cautivos.
    A pesar de lamentarse amargamente por su suerte, no encontró
compasión por parte de ninguno de sus captores, quienes la llevaron a Estambul y finalmente la vendieron como esclava. Por segunda vez su mundo se había derrumbado. Una vez más, lloraba amargamente, entristecida por su suerte...
Sin embargo, sucedió algo que cambiaría de nuevo el rumbo de su vida. Aquel día, casualmente en el mercado había pocos compradores. Pero entre ellos se encontraba un rico mercader que buscaba esclavos para su próspera planta de fabricación de mástiles. Cuando vio el abatimiento de la muchacha, sintió compasión por ella y decidió comprarla pensando que, de este modo, podría ofrecerle una vida más digna.
    Más tarde, llevando a Fatima a su hogar con intención de hacer de ella una ayudante para su esposa, se enteró de que un incendio había arruinado sus cargamentos y acabado con todas sus existencias... por lo que no pudiendo afrontar los gastos que le ocasionaba tener trabajadores, se quedó tan sólo con Viviana que, junto a él y su esposa, llevarían a cabo la tarea de fabricar mástiles de verdadera artesanía.
    Fatima agradecida al mercader por haberla rescatado, trabajó con
tanta entrega y diligencia que consiguió a los pocos años llegar ser una auténtica experta en la fabricación de toda clase postes y mástiles,por difíciles que estos fuesen de resolver. Al poco tiempo, su amo en agradecimiento a los buenos servicios, le concedió la libertad, pasando a trabajar para él como ayudante de confianza. Fue así como consiguió ser feliz y plenamente dichosa en ésta, su tercera profesión.
    Así pasó el tiempo hasta que un día, aquel buen hombre le dijo:
"Fatima, yo ya voy siendo viejo y, quiero que, en esta ocasión, seas tú quien vaya a Java a entregar unos mástiles de gran valor. Asegúrate en mi nombre de venderlos con provecho".
    Ella se puso en camino contenta y feliz de viajar hacia su tan soñado Oriente... pero ¡Oh destino! cuando el barco estuvo frente a las costas de China, un terrible tifón lo hizo naufragar y, ¡Horror! Una vez más, se vio arrojada a la playa de un país totalmente desconocido. "¡Otra vez!" se decía llorando amargamente. "Mi vida vuelve a tropezar ante el destino ¿Qué deberé ahora de aprender y superar?"
Fatima sentía que cuando conseguía dominar plenamente algún oficio y sentar las raíces de su vida, sucedía algo inesperado que la hacía cambiar de dirección.
    Una vez repuesta, se levantó de la arena y se puso a caminar en dirección a un poblado que divisó a lo lejos. Como no era frecuente la presencia de viajeros de raza blanca, fue acogida con respeto y curiosidad... pero sucedió que en aquel país existía una leyenda profética... se decía que un día llegaría una mujer extranjera, capaz de hacer, ella sola y sin ayuda de nadie, un templo para el Emperador de difícil y compleja construcción.
    Y puesto que en aquel entonces en China no había nadie que pudiera por sí solo hacer este tipo de construcciones, todo el Imperio esperaba el cumplimiento de aquella extraña predicción con la más vívida expectativa.
    Al fin de estar seguros de que cuando llegara la extranjera por aquellas tierras no pasara inadvertida, los sucesivos emperadores de China solían enviar heraldos, una vez cada año, a todas las ciudades y aldeas del país, pidiendo que cada mujer extranjera fuera llevada a la corte.
    Fue justamente en una de esas ocasiones cuando Fatima fue presentada al Emperador: "Señora" dijo el Emperador "¿Seríais capaz de construir un templo para el Imperio que tenga las características que aquí figuran, pero sin ayuda de ninguna otra mano?" dijo, mostrándole un papiro pleno de garabatos e imágenes.
    Ella tras observarlo detenidamente, se sintió de pronto iluminada.
    Sabía que era capaz de hacerlo, ya que por lo que dedujo, hacía falta un mástil tan fuerte y flexible como los que habían dado tanta fama a su antiguo amo el mercader. Asimismo se requería un tipo de tela, de características tales, que tan sólo aquellos entrañables tejedores con los que compartió afecto y habilidades, podrían haberle enseñado. Y por último, dedujo que esa construcción debía poseer unos sistemas de sujeción de una clase de cuerda tal, que pudiesen soportar el impacto de los fuertes vientos sin perder tensión y resistencia. Sólo sus padres, aquellos expertos maestros hilanderos, podrían haberle enseñado algo así.
    Fátima trabajó muy duramente por espacio de nueve meses. Y
finalmente presentó su obra al Emperador, el cual tras observar con asombro la perfección y detalle de su creación, premió a Fátima con la generosidad de las grandes recompensas con sabor a destino.
    La PROSPERIDAD, EL AMOR Y LA SABIDURÍA habían llegado de
manera plena y abundante a la vida de una Fátima que encarnaba la plenitud y la grandeza de la vida.
    Cuentan que todo aquel que llegó a conocerla, salía de su presencia, iluminado de esa extraña confianza y certeza que proporciona la percepción de los grandes destinos del alma.
    Tras ejercer la sabiduría y el amor supremos en una vida fecunda e intensa, Fátima murió en paz y armonía a la edad de 99 años. Desde entonces, se dice que su espíritu susurra a los oídos de los que se sienten abandonados por su suerte, que no teman... que confíen... que

    Tras los vaivenes de la vida...
        Late un Camino Mayor que acompaña
            y protege a los que siguen adelante.

domingo, 6 de septiembre de 2020

La sonrisa de Zhang/Liliana Bodoc

                                         La sonrisa de Zhang
 

Comienza este cuento en un lejano, de veras lejano país.
Un mapa misterioso como un tul. Un sitio que se pliega en abanico para resguardar su mejor dibujo de la vista de los curiosos.
Hay allí sabios que piensan en verso.
Hay garzas blancas y garzas negras.
Zhang nació y creció en un campo de arroz. Y no fue conocido por su estatura, por su talento ni por su riqueza. Fue conocido por su sonrisa.
Tlingr, algo así Triningl, o así.
Parecido a eso o no tanto, porque es difícil escribir el sonido de una sonrisa.
Porque sonaba la sonrisa de Zhang; hacía un ruido ligero pero inconfundible.
Tlingr Triningl
La sonrisa de Zhang nació y creció en un campo de arroz pero, a diferencia de él, no se hizo vieja; sino algo peor.
Ocurrió así.
Luego de muchos años de ver atardecer juntos, en el arrozal, su amada esposa murió mientras tendía ropa.
Poco tiempo después, el único hijo de Zhang pronunció una palabra extraña. Dijo Argentina. Dijo, tuvo que repetir; explicó y señaló con el dedo.
- Aquí, ¿lo ves, padre? En la punta del mundo.
Zhang movió la cabeza a un lado y a otro.
- Yo me quedo en mi arrozal – respondió con rencor.
El hijo de Zhang tomó del brazo a su joven mujer. La joven mujer se abrigó
el vientre. Y partieron.
- También hay garzas plateadas – pensó Zhang cuando el avión se perdía en el cielo.
Y desde entonces, nunca más sonrió.
Ahora Zhang está muy viejo. Viejo para estar solo y también para emprender un largo viaje.
Zhang es viejo para casi todo, hasta para caminar por el campo de arroz.
De nuevo, su hijo lo ha mandado a llamar.
“Ven aquí padre. Este es un buen lugar... No grande como nuestra nación.
Pero están tu dos nietos, mi esposa y yo para cuidar de ti”
Zhang acude a un sabio y le pregunta
Suspira el sabio, espera, deja pasar la última ese, sorbe silencio y sacude la sombra de los dedos antes de responder.
- No hay mejor hogar que un abrazo – dice. 

Entonces, el pobre Zhang saluda al arrozal con todas las lágrimas que ha acumulado. Y sube al avión, seguro de que nunca más volverá a ver los montes asombrosos de la China.
Buen aterrizaje para un día de invierno. Aeropuerto internacional. ¡Pobre Zhang! Los idiomas que no comprendemos suelen sonar estridentes,
amenazadores o enojados.
Lo esperan su hijo y su nuera. Junto a ellos, un muchacho y una jovencita...
Son sus nietos, pero Zhang no sabe cómo saludarlos. El viejo piensa que no van a gustarles los regalos que les trajo. Y tiene razón.
El camino a la casa es penoso. Las preguntas, forzadas.
Tal vez porque sus padre los obligan a hablar en cantonés, sus nietos casi no le dirigen la palabra. Enseguida se ponen auriculares, y adiós abuelo con tus sabios, tus garzas blancas y negras, adiós con tu arrozal...
El viejo Zhang mira por la ventanilla para ocultar sus lágrimas.
Él pensaba que sus nietos iban a preguntarle sobre su país, pero eso no ocurre.
Pensaba que iban preguntarle por su abuela, pero eso tampoco ocurre.
Pensaba que iban a caminar juntos por esas calles nuevas...
¡Qué equivocado estabas, viejo Zhang!
Tu hijo y tu nuera están al frente de un pequeño supermercado de barrio, y
no tienen tiempo para tu pena. Tus nietos ríen y callan en español.
¿Y ahora qué, viejo Zhang? Lejos de tus vecinos, de tu campo de arroz.
Ahora el mar ya no tiene regreso.
Zhang se sienta en un banco de madera, junto a la puerta del negocio de su hijo, a esperar que pase la gran garza de la muerte.
Zhang vive silencioso y ajeno a lo que ocurre a su alrededor... La gente del barrio murmura: Es un hombre antipático. Si no le gusta este país, ¿para qué vino,
eh? ¿Para qué vino? ¿Para qué vino?
Zhang no puede explicarles de su dulce esposa, ni de sus atardeceres...
Zhang no sabe cómo se cuenta una vida entera en español.
En la parte delantera del pequeño supermercado, hay una verdulería.
La hija de la mujer que vende verdura mira a Zhang fijamente, escondida detrás de una naranja. La pequeña se limpia el jugo con el brazo y camina hasta el sitio donde está sentado el viejo.
¿Qué te pasa?, le pregunta.
¿Por qué lloras?, le pregunta.
¿Cómo te llamas?, le pregunta.
Yo me llamo Mariana, le dice.
Yo tengo así de años, le muestra.
Y sin esperar respuesta, se trepa a las rodillas del viejo y lo rodea con sus brazos flaquitos.
Es un abrazo chiquito y verdadero como un hogar.
Tlingr, algo así Triningl, o así.
Ahora, el país del extremo sur, ya tiene una sonrisa sonora.

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Autor: Liliana Bodoc

 Nació en Santa Fe, Argentina. (1958- 2018)

Parábola china/Herman Hesse

Parábola china

Un anciano llamado Chunglang, que quiere decir «Maese La Roca», tenía una pequeña propiedad en la montaña. Sucedió cierto día que se le escapó uno de sus caballos y los vecinos se acercaron a manifestarle su condolencia.

Sin embargo el anciano replicó:

-¡Quién sabe si eso ha sido una desgracia!

Y hete aquí que varios días después el caballo regresó, y traía consigo toda una manada de caballos cimarrones. De nuevo se presentaron los vecinos y lo felicitaron por su buena suerte.

Pero el viejo de la montaña les dijo:

-¡Quién sabe si eso ha sido un suceso afortunado!

Como tenían tantos caballos, el hijo del anciano se aficionó a montarlos, pero un día se cayó y se rompió una pierna. Otra vez los vecinos fueron a darle el pésame, y nuevamente les replicó el viejo:

-¡Quién sabe si eso ha sido una desgracia!

Al año siguiente se presentaron en la montaña los comisionados de «los Varas Largas». Reclutaban jóvenes fuertes para mensajeros del emperador y para llevar su litera. Al hijo del anciano, que todavía estaba impedido de la pierna, no se lo llevaron.

Chunglang sonreía.


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Autor: Hermann Karl Hesse.  (1877-1962)

 Fue un escritor, poeta, novelista y pintor alemán. Nobel de Literatura en 1946.